06 noviembre 2010

Corpiños en Retiro

Alguien con las tripas repletas de hostias
sostiene que el aborto es un crimen abominable.
Cree que toda persona que nace porque sí
puede terminar siéndole servil
sin grandes erogaciones
en alguna vuelta de la vida.
Pero cuando ese ser que nace porque sí,
tropieza en la 'marginalidad'
y por querer apropiarse de objetos
para parecerse a su 'víctima',
le provoca un daño tal como la muerte,
allí muestra sus dientes.
Entonces vocifera sobre la necesidad de asesinarlo,
eliminarlo, destruirlo,
que el sistema legal contemple la extinción de personas.
Los ojos se les vuelven rojos, de odio,
ojos extraviados.
Como los ojos de los chicos en Retiro.

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