02 abril 2010

Me cuidé de los hongos
con cremas y talcos al efecto.
Doblé la ropa
hasta hacerla toda del mismo tamaño.
Evité los incendios,
cuidé el agua,
apagué luces innecesarias.
Surfié en fuelles de trenes húmedos
que sonaban a Ministry
entre las hojas de hinojo y el barro de la chapa del vagón.
Me embriagué de música,
vomité sobre toda superficie conocida hasta el momento.
Me probé en clubes de fútbol
como quien va a un casting de talento.
Me burlé de todo cuanto se cruzó ante mis ojos
incluyendo la muerte.
Una vez me llamaron 'el burlista',
y por supuesto me burlé de eso.
Detesto usar la palabra 'detesto',
más bien la aborrezco.
Los taxistas apurados
y los autos que salpican
sacan lo peor de mí.
Ni hablar de los taxis que salpican...
Les escupiría por la ventanilla
hasta deshidratarme.
A los chinos que hablan a los gritos
los imagino con las mandíbulas trabadas
con sus caras hepáticas
desencajadas de dolor occidental.
Un policía hablando en códigos
es como un cura dando la misa en latín.
Me imagino a los porteros de edificio
con ruleros y enagua de puntilla por debajo de la grafa...
No es odio ni envidia,
sólo
la naturaleza
de un desquiciado.

1 comentario:

  1. Bien Rumano!!!! Al fin largaste tu propio blog
    me gusto mucho el hombre Talco !!!!

    ResponderEliminar