Cuerpos vacíos pero resplandecientes,
flotando como panaderos,
orbitando por ráfagas de aire,
a punto de fundirse o de colisionar
unos con otros y desmembrarse
en una lluvia de algodones
o de cristales en punta.
Lo áspero y sinuoso a la vista
puede ser suave y calmo al tacto.
O la misma mierda maloliente
con distinta textura.
18 abril 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario