Se emerge del underground cuando se empieza a comer
de la plata que brinda quien tiene interés
en que los productos culturales que representa 
alcancen la masividad y estén a mano del consumidor 
en las góndolas, en Wall Mart y en la pauta de Cadena 3.
Del under no se entra ni se sale por galerías con arañas de cristal,
alfombras rojas y monigotes payasescos tendiendo un puente 
de clarines sonoros y banderines heráldicos.
La entrada y la salida del underground es por las alcantarillas, 
al ras del suelo, el que pisamos todos,
hasta los que posan con actitud under y copian-pegan 
fraseos de Rodrigo Fresán y creen que los portales de música 
y de crítica que ofrece la internet son el único lenguaje
con que nuestra gente, nuestros colegas deben comunicarse, 
convertir en su idioma y su manera de pensar.
Ni museos luminosos ni las prolijas y robadas 
sugerencias del suplemento Vos.
Las imágenes y los sonidos de la calle, 
de los garages, el humo, los olores y la medialuz.
Como dijo Cocó Ciëlo, ese majestuoso Dj peruano
radicado años atrás en Madrid y muerto en un confuso episodio,
"Vuélvete underground", con fondo tecno pop. 
No conocí ni conoceré su tumba, pero quizás sea ese su epitafio.
13 noviembre 2011
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